lunes, 28 de febrero de 2011

EL ROBLE Y LA HIEDRA

Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día  echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas.
Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.
Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.
¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
Bien, mi amiga, contestó el roble.
Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura, agregó la hiedra con mucha ironía. Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
No te burles, amiga", respondió muy humilde el roble.
Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.
Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.
Y el tiempo siguió su marcha.
El roble creció con su ritmo firme y lento.
Las paredes de la casa envejecieron.
Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible.
El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.
Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.
Mientras tanto el roble reflexionaba:
" Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros. "

viernes, 25 de febrero de 2011

AHUYENTAR A LOS FANTASMAS

Durante años Hitoshi intentó - inútilmente - despertar el amor de aquella a quien consideraba ser la mujer de su vida. Pero el destino es irónico: el mismo día que ella lo aceptó como futuro marido, también descubrió que tenía una enfermedad incurable y le quedaba poco tiempo de vida. Seis meses después, ya a punto de morir, ella le pidió: Quiero que me prometas una cosa: que jamás te volverás a enamorar. Si lo haces, volveré  todas las noches para espantarte. Y cerró los ojos para siempre. Durante muchos meses, Hitoshi evitó aproximarse a otras mujeres, pero el destino continuó irónico, y él descubrió un nuevo amor. Cuando se preparaba para casarse, el fantasma de su ex amada cumplió su promesa y apareció. Me estás traicionando - le dijo.
 Durante años te entregué mi corazón y tú no me correspondías -respondió Hitoshi - ¿No crees que merezco una segunda oportunidad de ser feliz?. Pero el fantasma de la ex amada no quiso saber disculpas, y todas las noches venía para asustarlo. Contaba con todo detalle lo que había sucedido durante el día, las palabras de amor que él había dicho a su novia, los besos y abrazos que se habían intercambiado.
Hitoshi ya no podía dormir, así que fue a buscar al maestro zen Bashó.
 Es un fantasma muy listo - comentó Bashó.
¡Ella sabe todo, hasta los menores detalles! Y ya está acabando con mi noviazgo, porque no consigo dormir y en los momentos de intimidad con mi amada me siento muy inhibido.
Vamos a alejar este fantasma - garantizó Bashó. Aquella noche cuando el fantasma retornó, Hitoshi lo abordó antes de que dijera la primera frase.
Eres un fantasma tan sabio, que haremos un trato. Como me vigilas todo el tiempo, te voy a preguntar algo que hice hoy: si aciertas abandono a mi novia y nunca más tendré mujer. Si te equivocas, has de prometer que no volverás a aparecer, so pena de ser condenado por los dioses a vagar para siempre en la oscuridad.
De acuerdo  respondió el fantasma, confiada.
 Esta tarde estaba en el almacén y en un determinado momento cogí un puñado de granos de trigo de dentro de un saco.
Sí, lo vi - dijo el fantasma. La pregunta es la siguiente: ¿cuántos granos de trigo tenía en mi mano?. El fantasma en ese instante comprendió que no conseguiría jamás responder la pregunta. Y para evitar ser perseguido por los dioses en la oscuridad eterna, decidió desaparecer para siempre. Dos días después Hitoshi fue hasta la casa del maestro zen.
Vine a darle las gracias.
Aprovecha para aprender las lecciones que hacen parte de esta experiencia - respondió Bashó.
"En primer lugar, aquel espíritu volvía siempre porque tenías miedo. Si quieres alejar una maldición, no le des la menor importancia."
"Segundo: el fantasma sacaba provecho de tu sensación de culpa: cuando nos sentimos culpables, siempre deseamos - inconscientemente - el castigo."
"Y, finalmente: nadie que realmente te amara te obligaría a hacer ese tipo de promesa. Si quieres entender el amor, aprende la libertad."
Paulo Coelho.

jueves, 24 de febrero de 2011

SOBRE LOS HIJOS

Y una mujer que llevaba  un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Háblanos de los hijos. Y él respondió: Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de los  anhelos que la vida tiene de si misma. Vienen por medio de vosotros, pero no de vosotros y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen. Podéis darles vuestro amor, mas no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos mas no sus almas, Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños os es dado visitar. Podéis esforzaros por ser como ellos, mas no intentéis hacerlos como vosotros. Porque la vida no marcha hacia  atrás, ni se detiene en el ayer. Vosotros sois el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados  como flechas vivas. El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y os dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.
Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece  firma; por eso vosotros tuvisteis la oportunidad de  vivir vuestra vida  y la libertad de amar y hacer tu vida.  Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán  también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su  vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues su fuego de su hogar vive y deja  vivir y ellos siempre te querrán.

Kahlil Gibran, "El Profeta"

miércoles, 23 de febrero de 2011

EL RATON Y LA RATONERA

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó, luego, qué tipo de comida podía haber allí. Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera. Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos:"Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!.
"La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y dijo:
"Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más no me perjudica en nada, no me incomoda.
"El ratón fue hasta el cordero y le dice: "Hay una ratonera en la casa, una ratonera!".
"Discúlpeme Sr. Ratón, más no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones.
"El ratón se dirigió entonces a la vaca!, y la vaca le dijo "Pero acaso, estoy en peligro? Pienso que no" dijo la vaca. Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa. La cobra picó a la mujer.
El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre.
Todo el mundo sabe que para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo.
El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir! los gastos del funeral.
"La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que como no es tuyo, no le prestas atención..........piénsalo dos veces".

viernes, 18 de febrero de 2011

LA MEDIA COBIJA

Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa, durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su vida pedirle un favor a su hijo.
Don Roque tocó la puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.
-¡Hola papá! ¡Qué milagro que vienes por aquí!
-Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
-Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa.
-Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
-Entonces ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? ¡me siento tan solo!- ¿Quedarte a vivir aquí?, sí... claro... pero no se si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es chica, mi esposa es muy especial...y luego los niños.
-Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.
-No padre no es eso, sólo que... no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían... o sólo que no te moleste dormir en el patio...
-¿Dormir en el patio? Está bien.
El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de 12 años:
-Dime papá.
-Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una manta para que se cubra en la noche.
-Sí, con gusto papá... ¿y dónde va a dormir?
-En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.
-Luis subió por la manta, tomó unas tijeras y la cortó en dos partes.
En ese momento llegó su padre:
-¿Qué haces Luis? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?
 -Sabes papá, estaba pensando...
-¿Pensando qué?
-En guardar la mitad de la manta para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa.

jueves, 17 de febrero de 2011

DONDE BUSCAR

Desde niño había soñado con encontrar oro. Historias de piratas, mineros y alquimistas habían poblado sus lecturas infantiles y adolescentes.
Ya adulto, la fantasía se tornó compulsión. Estudió mapas, consultó a geólogos, hizo planes minuciosos. Un día se decidió: vendió todo lo que tenía, en realidad sólo una casita en las afueras con una pequeña granja gracias a la que sobrevivía-porque su tiempo para trabajar había sido invadido por la obsesión-, compró las herramientas necesarias y emprendió su aventura. En zonas auríferas cavó, buscó, siguió excavando hasta que admitió su derrota.
Sin un centavo, sin recursos, se vio obligado a regresar a su ciudad, para intentar ser hospedado por algunos parientes. Allí se enteró de que el comprador de su casa, preparando el huerto para la siembra, había dado con un fabuloso cofre lleno de joyas y monedas de oro.

Walter Salama.

miércoles, 16 de febrero de 2011

COMPARTE TUS SEMILLAS

Un hombre tenía un sembrado de flores estupendas; cada día salían de su cultivo centenares de paquetes a vender a la ciudad con las flores más bellas y fragantes que nadie pudiera conocer.
Este señor año por año ganaba el premio a las flores más grandes y de mejor calidad y como era de esperarse era la admiración de todos en la región; un día se acercó un periodista de un canal de televisión a preguntarle el secreto de su éxito, a lo que el hombre contesto:
- Mi éxito se lo debo a que de cada cultivo saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos, para que ellos también las siembren.
- ¿Cómo?- respondió el periodista- pero eso es una locura, acaso no teme que sus vecinos se hagan famosos como usted y le quiten su importancia?
El hombre dijo: - Yo lo hago porque al tener ellos buenos sembrados el viento me va a devolver a mi cultivo buenas semillas y la cosecha va a ser mayor; si no lo hiciera así ellos sembrarían semillas de mala calidad que el viento traería a mi cultivo y cruzaría las semillas, haciendo que mis flores sean de mala calidad.
Es necesario compartir nuestras mejores semillas de cualidades y virtudes para así obtener una cosecha excelente de una sociedad mejor.

martes, 15 de febrero de 2011

UN PEQUEÑO GESTO

Un día, cuando era estudiante de secundaria, vi a un compañero de mi clase caminando de regreso a su casa. Se llamaba Kyle. Iba cargando todos sus libros y pensé:
"¿Por que se estará llevando a su casa todos los libros el viernes? Debe ser un "traga".
Yo ya tenía planes para todo el fin de semana: fiestas y un partido de fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, así que me encogí de hombros y seguí mi camino.
Mientras caminaba, vi a un montón de chicos corriendo hacia él. Cuando lo alcanzaron le tiraron todos sus libros y le hicieron una zancadilla que lo tiró al suelo.
Vi que sus gafas volaron y cayeron al suelo como a tres metros de él. Miró hacia arriba y pude ver una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus gafas. Vi lágrimas en sus ojos. Le acerqué a sus manos sus gafas y le dije,
"esos chicos son unos tarados, no deberían hacer esto".
Me miró y me dijo: "¡gracias!". Había una gran sonrisa en su cara; una de esas sonrisas que mostraban verdadera gratitud. Lo ayudé con sus libros.
Vivía cerca de mi casa. Le pregunté por qué no lo había visto antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela privada. Yo nunca había conocido a alguien que fuera a una escuela privada.
Caminamos hasta casa. Lo ayudé con sus libros; parecía un buen chico. Le pregunté si quería jugar al fútbol el Sábado conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el fin de semana. Mientras mas conocía a Kyle, mejor nos caía, tanto a mi como a mis amigos.
Llegó el lunes por la mañana y ahí estaba Kyle con aquella enorme pila de libros de nuevo.
Me paré y le dije: "Hola, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos libros todos los días".
Se rió y me dio la mitad para que le ayudara.
Durante los siguientes cuatro años nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estabamos por terminar la secundaria, Kyle decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema. El estudiaría medicina y yo administración, con una beca de fútbol.
Llegó el gran día de la Graduación. El preparó el discurso.
Yo estaba feliz de no ser el que tenía que hablar. Kyle se veía realmente bien. Era uno de esas personas que se había encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en todos los aspectos, se veía bien con sus gafas. Tenía más citas con chicas que yo y todas lo adoraban.
¡Caramba! algunas veces hasta me sentía celoso...
Hoy era uno de esos dias.
Pude ver que él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije:
- "Vas a estar genial, amigo".
Me miró con una de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió: "Gracias", me dijo.
Limpió su garganta y comenzó su discurso:
"La Graduación es un buen momento para dar gracias a todos aquellos que nos han ayudado a través de estos años difíciles: tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles que ser amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir y, a este propósito, les voy a contar una historia".
Yo miraba a mi amigo incrédulo cuando comenzó a contar la historia del primer día que nos conocimos.
Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. Habló de cómo limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él: para que su madre no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela.
Me miraba fijamente y me sonreía.
"Afortunadamente fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable". Yo escuchaba con asombro como este apuesto y popular chico contaba a todos ese momento de debilidad. Sus padres también me miraban y me sonreían con esa misma sonrisa de gratitud.
En ese momento me di cuenta de lo profundo de sus palabras:
"Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para mal. Dios nos pone a cada uno frente a la vida de otros para impactarlos de alguna manera".


lunes, 14 de febrero de 2011

LA CARRERA DE SAPOS

Era una vez una carrera de sapos. El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre.
Había en el lugar una gran multitud. Mucha gente para vibrar y gritar por ellos.
Comenzó la competencia.
Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era
"Qué pena !!!  Esos sapos no lo van a conseguir ...no lo van a conseguir..."
Los sapitos comenzaron a desistir. Pero había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima. La multitud continuaba gritando:
"... Qué pena !!!  Ustedes no lo van a conseguir!..."
Y los sapitos estaban dándose por vencidos, salvo por aquel sapito que seguía y seguía tranquilo y ahora cada vez más con más fuerza.
Ya llegando el final de la competición todos desistieron, menos ese sapito que curiosamente, en contra de todos, seguía y pudo llegar a la cima con todo su esfuerzo.
Los otros querían saber qué le había pasado. Un sapito le fue a preguntar cómo el había conseguido concluir la prueba. Y descubrieron que...
¡era sordo!
No permitas que personas con pésimos hábitos de ser negativos derrumben las mejores y más sabias esperanzas de tu corazón!
Recuerda siempre el poder que tienen las palabras que escuchas o veas. Por lo tanto, preocúpate siempre de ser ¡POSITIVO !
Resumiendo :
Sé siempre "sordo" cuando alguien te dice que no puedes realizar tus sueños


viernes, 11 de febrero de 2011

BUSCANDO A BUDA

Buda peregrinaba por el mundo para encontrarse con aquellos que se llamaban a sí mismos sus discípulos y hablarles acerca de la verdad.

A su paso, la gente que creía en sus palabras llegaba a centenares para escucharle, verle o tocarle, seguramente por una única vez en su vida.

Cuatro monjes supieron que Buda estaría en la ciudad de Vaali, cargaron sus cosas en sus mulas y emprendieron el viaje que duraría, si todo iba bien, varias semanas.

Después de tres días de marcha les sorprendió una gran tormenta. Los monjes apresuraron su paso y llegaron a un pueblo, donde buscaron refugio hasta que pasara la tormenta.

Pero el último no llegó al poblado y tuvo que pedir refugio en casa de un pastor, en las afueras. El pastor le dio abrigo, techo y comida para pasar la noche.

A la mañana siguiente, cuando el monje estaba preparado para partir, fue a despedirse del pastor. Al acercarse al corral, vio que la tormenta había espantado a las ovejas y que el pastor estaba tratando de reunirlas. El monje pensó que sus cofrades estarían ya saliendo del pueblo, y que si no se iba pronto se alejaría demasiado. Pero él no podía seguir su camino dejando al pastor a su suerte, por ello decidió quedarse con él hasta que hubiera conseguido reunir el ganado de nuevo.

Siguiendo las huellas de los demás, paró en una granja a repostar su provisión de agua.
Una mujer le indicó dónde estaba el pozo y se disculpó por no poder ayudarle, ya que debía de seguir trabajando en su cosecha. La mujer le contó que, tras la muerte de su marido, les resultaba muy difícil a ella y a sus pequeños hijos recoger toda la cosecha antes de que se perdiera.

El hombre se dio cuenta de que la mujer nunca llegaría a recoger la cosecha a tiempo, pero sabía que si se quedaba perdería el rastro y no podría estar en Vaali cuando Buda llegara a la ciudad.

Los veré unos días después, pensó, sabiendo que Buda se quedaría varios días. La cosecha duró tres semanas y, en cuanto terminó la tarea el monje  reanudó su marcha.
Veinte años pasó el monje siguiendo el camino de Buda....Cada vez que se acercaba sucedía algo que retrasaba su viaje.

Finalmente se enteró de que Buda había decidido ir a morir  a su ciudad natal
La víspera de llegar al pueblo casi tropezó con un ciervo herido en medio del camino. Lo auxilió, le dio de beber y cubrió sus heridas con barro fresco.
Alguien debería de quedarse con él, pensó, para que yo pueda seguir mi camino. Pero no había nadie a la vista.
Con mucha ternura le acomodó contra unas rocas para seguir su marcha, le dejó agua y comida al alcance del hocico y se levantó para irse, sólo llegó a dar dos pasos cuando, inmediatamente, se dio cuenta de que no podía presentarse ante Buda sabiendo, en lo mas profundo de su corazón, que había dejado solo a un indefenso moribundo.

Así que descargó la mula y se quedó a cuidar al animalito. Durante toda la noche veló su sueño como si cuidara de un hijo. Le dio de beber en la boca y cambió paños sobre su fuente. Al amanecer, el ciervo se había recuperado.

El monje se levantó, se sentó en un lugar retirado y lloró... Finalmente había perdido su última oportunidad.

Ya no podré encontrarte, dijo en voz alta.

“No sigas buscando”  le dijo una voz que venía de detrás de él, “porque ya me has encontrado”.

El monje se dio la vuelta y vio cómo el ciervo se llenaba de luz y tomaba la forma redondeada de Buda.

Me hubieras perdido si me hubieras dejado morir esta noche para ir a mi encuentro en el pueblo...Y respecto a mi muerte, no te inquietes, Buda no puede morir mientras haya personas como tú, que son capaces de seguir mi camino durante años, sacrificando sus deseos por las necesidades de otros. Eso es el Buda. El Buda esta aquí.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿MALA SUERTE? ¿BUENA SUERTE?

Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un caballo para cultivar sus campos. Un día el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaron para condolerse de él y lamentar su desgracia, el labrador les replicó:
-¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién lo sabe?
Una semana después el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió:
-¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién lo sabe?
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de los caballos salvajes, fue desmontado y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir:
-¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién lo sabe?
Unas semanas más tarde el ejército entro en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones.
Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo.
-¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién lo sabe?
Punto de Reflexión. Todo lo que a la vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien, y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañino. Aceptemos la vida como nos viene e intentemos aprender de la circunstancias, sabiendo que siempre está la mano de Dios detrás de todo. Tengamos confianza.


miércoles, 9 de febrero de 2011

ATOLLADERO

He aquí que un hombre entró en una pollería; vio un pollo colgado y dirigiéndose al pollero:

- Buen hombre, tengo esta noche en casa una cena para unos amigos y necesito un pollo. ¿Cuánto pesa éste?
- Dos kilos señor – repuso el pollero.

El cliente meció ligeramente la cabeza en un gesto dubitativo y dijo:
- Este no me vale entonces. Sin duda, necesito uno más grande.

Era el único pollo que quedaba en la tienda. El resto de los pollos se habían vendido. El pollero, empero, no estaba dispuesto a dejar pasar la ocasión. Cogió el pollo y se retiró a la trastienda, mientras iba explicando al cliente:

- No se preocupe señor, enseguida le traeré un pollo mayor.

Permaneció unos segundos en la trastienda. Acto seguido apareció con el mismo pollo entre las manos y dijo:

- Este es mayor, señor. Espero que sea de su agrado.
- ¿Cuánto pesa éste? – preguntó el cliente.
- Tres kilos – contestó el pollero sin dudarlo un instante.

Y entonces dijo el cliente:

- Bueno, me quedo con los dos.
















martes, 8 de febrero de 2011

ARREGLANDO EL MUNDO


Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para reducirlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle, con el objetivo de distraer su atención. De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!.

Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: -"Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie".

Entonces calculó que al pequeño le llevaría días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. -"Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo". Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.

Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

-Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?
-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. "Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo..."

lunes, 7 de febrero de 2011

EL ARBOL DEL DESEO

Una vez un hombre estaba viajando y entró al paraíso por error. En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple; no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.
El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos. Cuando despertó, tenía hambre, entonces dijo: “Tengo tanta hambre! Ojala pudiera tener algo de comida”. E inmediatamente apareció la comida de la nada simplemente flotando en el aire, una comida deliciosa.
Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías. Inmediatamente empezó a comer y ¡la comida estaba tan deliciosa!  Una vez que su hambre estuvo saciada, miró a su alrededor. Ahora se sentía satisfecho. Otro pensamiento surgió en él: “Si tan sólo pudiera tomar algo!” Y por ahora no hay ninguna prohibición en el paraíso, de modo que de inmediato apareció un vino estupendo.
Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: “Qué está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?” Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: “Seguro que me matan!” Y lo mataron.

Esta es una antigua parábola, de inmensa significación. Tu mente es un árbol dador de deseos: pienses lo que pienses, tarde o temprano se verá cumplido. A veces, la brecha es tan grande que te olvidas por completo que lo deseaste, de modo que no puedes reconocer la fuente. Pero si observas profundamente, hallarás que todos tus pensamientos te están creando a ti, a tu vida. Crean tu infierno, crean tu cielo. Crean tu desgracia y tu alegría, lo negativo y lo positivo… Cada uno es aquí un mago. Cada uno está hilando y tejiendo un mundo mágico entornos de sí mismo, y luego es atrapado.  La araña misma es atrapada en su propia tela. No hay nadie que te torture excepto tú mismo, y cuando se comprende esto, las cosas comienzan a cambiar.
Entonces puedes modificarlo, transformar tu infierno en cielo; sólo se trata de pintarlo con una visión diferente… toda la responsabilidad es tuya. Y entonces surge una nueva responsabilidad: puedes dejar de crear el mundo. No hay necesidad de crear ni en el cielo ni en el infierno, no hay ninguna necesidad de crear nada. El creador puede descansar, jubilarse. Y la jubilación de la mente es la meditación.

CUENTO RELATIVO

"Existió una vez una señorita llamada Brillo, que se movía más rápida que la luz. Un día partió de viaje por un camino relativo !y regresó la noche anterior¡"

Albert Einstein

viernes, 4 de febrero de 2011

DE PASO

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, en Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El  turista  se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de  libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
-¿Donde están sus muebles? -preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también preguntó:
-¿Y donde están los suyos...?
-¿Los míos? -se sorprendió el turista.
¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
-Yo también... - concluyó el sabio.

"La vida en la tierra es solamente temporal... Sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices."
"El valor de las cosas no está en el tiempo que duran sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables  y personas incomparables."




jueves, 3 de febrero de 2011

ANGELES DE UN ALA

Un día un ángel se arrodilló a los pies de Dios y habló:
"Señor, visité toda tu creación. Estuve en todos los lugares. Vi que eres parte de todas las cosas. Y por eso vine hasta Ti Señor para tratar deentender.
¿Por qué cada una de las personas sobre la tierra tiene apenas un ala?
Los ángeles tenemos dos. Podemos ir hasta el Amor que el Señor representa siempre que lo deseamos. Podemos volar hacia la libertad siempre que queramos. Pero los humanos con su única ala no pueden volar. No podrán volar con apenas un ala..."
Dios respondió:
"Sí, ya sé eso". "Sé que hice a los humanos solamente con un ala..."
Intrigado el ángel quería entender y preguntó:
"¿Pero, por qué el Señor dio a los hombres solamente un ala cuando son necesarias dos alas para que puedan volar?"
Sin prisa, Dios respondió:
"Ellos si pueden volar, mi ángel. Di a los humanos una sola ala para que ellos pudiesen volar más y mejor que nuestros Arcángeles....
Para volar, mi pequeño amigo, tú precisas de tus dos alas...
Y aunque libre, tú estas solo... Mas los humanos...
Los humanos con su única ala precisarán siempre dar las manos a alguien a fin de tener sus dos alas. Cada uno ha de tener un par de alas...
Cada uno ha de buscar su segunda ala en alguien, en su hermano, en su prójimo, "en algún lugar del mundo"... para que se complete su par.
Así todos aprenderán a respetarse y a no quebrar la única ala de la otra persona porque pueden estar acabando con su oportunidad de volar.
Así mi ángel, ellos aprenderán a amar verdaderamente a la otra persona...
Aprenderán que solamente permitiéndose amar, ellos podrán volar.

*Tocando el corazón de otra persona, ellos podrán encontrar el ala que les falta y podrán finalmente volar.
"Solamente a través del amor podrán llegar hasta donde estoy...
Así como lo haces Tú, mi ángel. "Ellos nunca, estarán solos al volar."